miércoles, 30 de enero de 2013

FILOSOFÍA: Los problemas del conocimiento (Parte 3): Su esencia


¿Qué es el conocimiento?, ¿cuál es su naturaleza? He aquí las preguntas que dan origen al problema epistemológico de la esencia del conocimiento. Existen tres doctrinas filosóficas que pretenden dar solución a este problema:

1. Idealismo: Sostiene  que la esencia del conocimiento está en el sujeto, que es la mente humana la que determina la existencia de los objetos de la realidad. Nada existe fuera del pensamiento.

Representantes: Platón, Berkeley, Hegel, Fitche.

Crítica:

1) Es evidentemente absurdo aquello de que es la mente humana la que determina la existencia de los objetos de la realidad, pues éstos existen de modo independiente. Aunque es cierto que la mente puede conocer e incluso trasformar la realidad, no la crea ni la determina. Por ejemplo, no porque todos los hombres sean ateos Dios deja de existir o no porque alguien no crea que el hombre llegó a la Luna este hecho dejará de ser cierto.

2) Otro de los grandes problemas del planteamiento idealista es el del principio de inmanencia: “Es imposible conocer algo que exista fuera del pensamiento”. Aunque es cierto que el conocimiento es un acto inmanente, pues no produce nada fuera, sino que permanece en el sujeto a quien perfecciona; no de ahí se deduce que el sujeto esté cerrado sobre sí mismo y sólo conozca sus propias ideas ya que el conocimiento también tiene carácter de trascendente, el cual le permite al sujeto conocer la realidad sin salir materialmente de sí.

2. Realismo: Sostiene que la esencia del conocimiento está en los objetos, en la realidad. Muchas veces es confundido con el materialismo pero el identificarlos no es del todo correcto pues, aunque todo materialismo es realismo, no todo realismo es materialismo.

Representantes: Aristóteles (realismo naturalista); Demócrito, Epicuro (materialismo griego); Friedrich Engels y Karl Marx (materialismo histórico).

Crítica:

1) Uno de las grandes dificultades del realismo está en su enfoque del conocimiento viéndolo sólo en su dimensión de producto y dejando de lado su naturaleza de acto. De este modo termina desembocando en un puro objetivismo que no toma en cuenta las categorías subjetivas del conocimiento.

2) En cuanto al realismo materialista, el cual reduce toda la realidad a lo puramente material, también surgen serias dificultades. Si todo es material, ¿de dónde surge el pensamiento? Tal vez podrá responderse con el monismo materialista, el cual sostiene que el pensamiento surge de por sí de la materia, pero ello no es razonable. Por ejemplo, si supusiéramos, tal como lo hacen los materialistas, que el hombre no es más que materia y producto de la evolución, no podría haber pensamiento pues, tal como decía el pensador ateo Haldane: “Si mis procesos mentales, están determinados completamente por el movimiento de los átomos en mi cerebro, yo no tengo ninguna razón para suponer que mis creencias son ciertas, así que no tengo razón para suponer que mi cerebro (pensamientos) se componen de átomos”. Así pues, si todo es material, el materialismo debería fundarse en la materia y no en el pensamiento, lo cual evidentemente no es así.

3. Fenomenalismo: Sostiene que el conocimiento es una construcción que realiza la mente a partir de los fenómenos reales que son ordenados por las formas a priori. El sujeto aprehende el fenómeno del objeto.

Representante: Inmanuel Kant.

Crítica:

1) El primer problema del planteamiento fenomenalista kantiano viene de un prejuicio idealista: que los objetos del mundo material son esencialmente incognoscibles y no poseen existencia en sí mismos. La incongruencia de ello es evidente y ya se vio anteriormente.

2) Según Kant, no conocemos el noúmeno (la cosa en sí) sino sólo el fenómeno (la cosa en mí). En ello comete un grave error de orden y concepto, nuevamente por separar radicalmente en vez de encontrar la distinción y unidad: en realidad el fenómeno no está separado de la cosa en sí, sino que es la misma cosa en sí en cuanto aparece en el conocimiento.

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