Comulgue uno o no con la visión marxista de la
historia es innegable que desde este enfoque del pensamiento económico se han
realizado importantes e interesantes contribuciones para la comprensión del
desarrollo del capitalismo a nivel mundial, estando en gran parte centrados los
otros enfoques en cuestiones más “micro”. Así, pues, para hacer justicia a
ello, como es propio de toda honestidad intelectual, pasamos a listar 5 de
estas contribuciones respecto del desenvolvimiento capitalista en el siglo XX:
1º En primer lugar, tenemos que el pensamiento
marxista nos presenta al análisis del capitalismo como claramente un
“pensamiento situado”, para usar los términos del filósofo José Pablo Feinmann
(1). Y es que en las ciencias sociales se da la singularidad de que el sujeto
no solamente forma parte del objeto de estudio, sino que forma parte interesada del mismo. En efecto, al
darse relaciones de poder conflictivas en la sociedad, el solo hecho de pensar
lo social (y, por ende, lo económico)
ya nos sitúa en esa estructura de conflicto, seamos conscientes de ello o no
(así, la misma teoría económica convencional, que pretende ser neutra, termina
evidenciándose como políticamente comprometida en sus presupuestos y
postulados). De este modo, “no existe neutralidad ya que, incluso si sólo es de
forma inconsciente, inevitablemente existe una visión previa que condiciona el
análisis, que le da determinada orientación. Hasta por la propia formulación de
determinadas preguntas o problemas a abordar, y no otros” (2).
2º Las políticas del New Deal, impulsadas por el presidente Roosevelt en el contexto de
desempleo generalizado en torno a la Gran Depresión de los 30s, solo fueron instrumentalmente en favor de la clase
obrera y esencialmente en favor de la
clase capitalista para impedir la revolución social que se pudiera haber dado
en ese difícil contexto. Así, “el New
Deal es la intervención del Estado, en aparente contradicción con los
principios liberales americanos, pero, en realidad, necesaria para salvar a la
clase capitalista, frente al socialismo al que apela la situación de crisis”
(3). Entonces, la clase capitalista prefirió “perder un brazo” (las concesiones
sociales a las que tuvo que acceder) antes que “perder la vida” (el cambio del
sistema).
3º Que la economía de la URSS no fue propiamente ni
capitalista ni socialista sino que estuvo en su mayor parte guiada por el que
podríamos llamar “Mecanismo Económico Estalinista” cuyos rasgos constitutivos
básicamente son: colectivización forzosa, tendencias autárquicas, retraso en la
industria de bienes de consumo, imposición de un sistema de precios arbitrario,
control hiper-centralizado de la economía, asignaciones presupuestarias en base
a emisión monetaria incontrolada, abandono de criterios de eficiencia y
calidad, diferenciación creciente de rentas, supresión de derechos laborales-sindicales
y eliminación de todo resquicio democrático (4).
4º Muchas veces se habla del período 1945-1970 como
la “Edad de Oro del Capitalismo” y se lo piensa como una situación reproducible
a la que alguna vez podríamos volver. Sin embargo, este período difícilmente es
reproducible por cuanto se basó en las condiciones sumamente excepcionales de
postguerra. En ese sentido, al final de cuentas, se trató de una “huida hacia
adelante” que supuso “una importante palanca para la recuperación por tres
razones: a) los espacios que la destrucción de la base productiva abren en
torno a su reconstrucción; b) la magnitud de la tasa de plusvalía, gracias a
que durante la guerra se suspenden las garantías democráticas y las conquistas
obreras (…) y c) la intensificación del pillaje de las economías dominadas”
(5).
5º La gran crisis de los años 70 a la que simplistamente
se caracteriza como la “Crisis del Petróleo” fue en realidad un fenómeno mucho
más complejo en el que confluyeron muchos factores, de modo que podemos hablar
de la “crónica de una crisis anunciada”. Así, por ejemplo, tenemos que el 15 de
agosto de 1971, el presidente Nixon suspende unilateralmente la conversión del
dólar en oro, lo cual refleja no solo el fin de Breton Woods sino también el
agotamiento del entramado impuesto por Estados Unidos al final de la Segunda
Guerra Mundial. De este modo, la situación convulsa de “crisis, ajuste y
crisis” desde la década de los 70 constituye la verdadera “normalidad” del
capitalismo imperialista que luego extiende sus políticas de ajuste vía Fondo
Monetario Internacional (FMI) a todo el globo: he ahí la verdadera esencia de
la llamada “globalización” (6).
Tenemos, entonces, 5 relevantes aportes del
pensamiento marxista a la comprensión del desarrollo capitalista del siglo XX
que ningún economista serio debe ignorar.
Referencias:
1) José
Pablo Feinmann, “Filosofía Aquí y Ahora”, Canal Encuentro, 2004, 1era
temporada, Encuentro 1, nº 2.
2) Xavier Arrizabalo, Capitalismo y Economía Mundial, Instituto Marxista de Economía,
Madrid, 2014, p. 33.
3) Lucien Gauthier, Le XXe siècle en 20 chapitres, La Lettre de la Verité, París, 2009, p. 37.
4) Véase: Jesús De Blas, La formación del “mecanismo económico estalinista” (M.E.E.) en la
antigua U.R.S.S. y su imposición de la Europa del Este: el caso de Hungría
(crisis de la concepción estalinista autárquica ´versus´ proceso de integración
en la economía capitalista mundial), Tesis Doctoral, Universidad
Complutense de Madrid, 1994, p. 9.
5) Xavier Arrizabalo, Capitalismo y Economía Mundial, Instituto Marxista de Economía,
Madrid, 2014, p. 317.
6) Véase: Xavier Arrizabalo, Capitalismo y Economía Mundial, op. cit., caps. 8 y 9.