lunes, 22 de febrero de 2010

ECONOMÍA: La doctrina del marxismo (Parte VII): Teoría del valor trabajo


* La presente es una exposición sucinta de la teoría marxista para sustentar futuros análisis y críticas al respecto, a los que agradeceré mucho contribuyan los lectores.

De acuerdo con el marxismo el trabajo se constituye como aquella actividad según la cual el hombre produce sus medios de subsistencia. Como tal, el trabajo produce objetos que satisfacen necesidades humanas, es decir, que tienen valor de uso. A su vez estos objetos, en cuanto mercancías, poseen valor de cambio, dado que pueden ser comprados y vendidos a un determinado precio. Antes de aparecer en el mercado, el objeto tiene valor de uso, es decir, responde a una necesidad; pero en la operación de intercambio no son sus caracteres particulares las que servirán de base para la ponderación. De ahí la necesidad de que la utilidad del objeto sea convertida en una unidad numérica, en un precio monetario. De este modo “como valores de uso, las mercancías son, ante todo de cualidad distinta; pero, como valores de cambio, sólo pueden ser de diferente cantidad” (Karl Marx, “El Capital”, Editors S.A., Barcelona, p.12).

Pero es allí donde surge el problema: dado que no puede existir cambio sin igualdad, ni igualdad sin conmensurabilidad, ¿cuál es ese algo común y de la misma magnitud que hace conmensurables las cosas? Para investigar ese “algo común” característico del valor de cambio, Marx repasa las diversas cualidades que poseen los objetos equiparados por medio del cambio. Descartando el valor de uso, sólo se queda con una de ellas: la de ser productos del trabajo. Las mercancías son valores en tanto que son materialización del trabajo, independientemente de sus características naturales, lo que es lo mismo que decir que el valor de cambio vendrá determinado por la cantidad de trabajo incorporado en la mercancía. Marx es categórico: “La sustancia del valor es el trabajo; la medida de la cantidad de valor es la cantidad de trabajo, que a su vez se mide por la duración y el tiempo de trabajo” (Karl Marx, “El Capital”, Editors S.A., Barcelona, p.13).

Pero aquí Marx no se refiere a cualquier trabajo particular sino al trabajo social pues tan pronto como el hombre produce socialmente, el valor de uso se hace independiente del trabajo individual y queda convertido en una fracción del trabajo total de la sociedad. El tiempo de trabajo que determina el valor de un producto es el tiempo social necesario para su producción, es decir, el tiempo necesario no en un caso particular, sino el tiempo medio, esto es, aquel que requiere todo trabajo ejecutado con el grado medio de habilidad y de intensidad en las condiciones ordinarias con relación al medio social convenido. El valor se modifica con la productividad del trabajo de modo que, por regla general, si la productividad del trabajo aumenta, disminuyendo el tiempo necesario para la producción de un objeto, el valor de éste disminuye, y a la inversa, si la productividad disminuye, el valor aumenta.

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